El teorema de Weierstrass asegura que toda función contínua en un intervalo [a,b] alcanza su máximo y su mínimo absolutos en dicho intervalo.
Una consecuencia importante del teorema es que, dado que es continua en [a, b], la función tomará todos los valores comprendidos entre el máximo absoluto y el mínimo absoluto. Volveremos a esta idea cuando estudiemos el teorema de los valores intermedios.
Formalmente:
Sea f(x) una función continua en el intervalo cerrado [a, b]. Entonces el teorema de Weeierstrass establece que para cualquier x∈[a, b] existen dos valores reales c∈[a, b] y d∈[a, b] tales que f(c)≤f(x)≤f(d).
El teorema de Weierstrass permite asegurar, además, que la función f está acotada y por tanto existen un supremo (la menor de las cotas superiores) y un ínfimo (la mayor de las cotas inferiores).
Demostración
Antes de poder realizar la demostración del teorema de Weierstrass debes estar familiarizado con el teorema de acotación, que afirma que toda función continua en un intervalo [a, b] está acotada.
Partimos de M, supremo de f(x) en el intervalo [a,b]. Se trata de demostrar que la función alcanza dicho supremo (esto es un máximo absoluto). Es decir, que existe un valor c∈[a,b] tal que f(c)=M. Procederemos por reducción al absurdo, imaginando que no existiera. Es decir que:
Si así fuera, estaríamos en condiciones de afirmar que la función sería continua y estrictamente personal en el intervalo [a,b], ya que f(x) es continua y M siempre sería superior a f(x).
Dado que g(x) sería continua, estaría también acotada superiormente. Llamaremos K a una cota superior de g(x). Entonces se cumple:
Lo anterior contradice al hecho de que M sea el supremo de f, ya que habría otra cota más pequeña de f:M-1/K. Por tanto, f(x) debe alcanzar el máximo absoluto.
Dejamos como ejercicio propuesto demostrar que si la función es continua en [a,b], alcanzaría su mínimo absoluto. Como pista, ten presente que puedes razonar de manera análoga pero con el ínfimo.